lunes, 7 de abril de 2008

España vista por Hollywood


Este articulista, que tiene familia que vive en Salamanca –una adorable prima que se llama Belén–, acudió recientemente a la inigualable ciudad para asistir al estreno mundial de En el punto de mira. El film ofrece una visión de la ciudad totalmente desconocida, pues presenta una Plaza Mayor abarrotada de mexicanos que acuden con banderitas de España a recibir al presidente de los Estados Unidos. También resultan curiosas las palmeras que supuestamente abundan por allí, un barrio habitado por marroquíes y la autopista elevada sobre el Tormes, de varios carriles. Las señales de tráfico no tienen desperdicio, pues por ejemplo, la señal de ‘Stop’ dice ‘Alto’. Lo mejor, cuando buscan al sospechoso, y uno de los personajes dice que tienen la dura tarea de encontrar “a un hombre entre cuatro millones de personas”. ¿Tanta población tiene ya Salamanca? ¡Pues sí que ha crecido! No tiene tantos habitantes siquiera toda la comunidad de Castilla León, que en 2007 alcanzaba los dos millones y medio.

Antes del evento, tuve la oportunidad de conversar con el director, Pete Travis, que aseguraba que lo de los 4 millones de habitantes era una ‘licencia’, para darle emoción al asunto. “El público estadounidense está acostumbrado a las ciudades hiperpobladas. Si en la película se dice que tienen que encontrar a un hombre entre 350.000 personas, que son las que realmente tiene Salamanca, pensarían que era una tarea muy fácil, que eso lo hace cualquiera”. En cualquier caso, uno tiene la sensación de que las películas que transcurren en ciudades desconocidas, también estarán llenas de gazapos parecidos que nosotros nos creemos alegremente.

Uno intenta disfrutar en el cine y pasar por alto semejantes erratas, pero a veces se llega al paroxismo total, como en el hipercomentado caso de Misión imposible 2, con una procesión donde los costaleros eran mozos pamplonicas de San Fermín, y que estaba encabezada por unas falleras; todo ello en una Barcelona donde la gente vive en cortijos sevillanos. En El Cid ya se habla de España, antes de los Reyes Católicos y el héroe entra en Valencia a ritmo de pasodoble. Tampoco se quedaba corta Gladiator, cuyo protagonista era en la versión original de Trujillo, una importante villa medieval que no tenía nombre en tiempo de los romanos, así que los traductores lo cambiaron por Emerita Augusta. También en la versión en inglés, para darle realismo a la cosa, algunos habitantes de Hispania hablan en español, idioma que por aquel entonces no existía, pues como es bien sabido procede del latín. Máximo viaja desde Germania a Hispania sin necesidad de llevar comida y agua, al parecer en muy poco tiempo; después se desmaya en Mérida y cuando despierta está en Marruecos, por lo que se supone que los responsables del film piensan que están bastante cerca, o que Máximo duerme mucho.

Un cuadro de un autor español, Las señoritas de Avignon, de Picasso, viajaba a bordo del Titanic, en la célebre película de James Cameron. Cronológicamente pudo ocurrir, pues el cuadro se pintó en 1907, y el barco se hundió en 1912, pero si estaba en el célebre transatlántico, ¿cómo es posible que sobreviviera a la tragedia y podamos admirarlo hoy en día?

5 comentarios:

Enrique Nieto dijo...

No sé si es mejor el gazapo o la justificación del director :))

belenmadrid dijo...

qué interesante! en realidad pienso que está bien que mezclen san fermines con falleras, así en el extranjero tendrán más ganas de visitarnos, no?

saluditos :)

Anónimo dijo...

Hay otros gazapos peores, como que en una película en México se oiga flamenco o jotas aragonesas... Los europeos han tratado de ser más rigurosos, como la Barcelona de "Una casa de locos", y esperemos que los de Mediapro hayan asesorado suficientemente al maestro Woody Allen para su "Vicky Cristina Barcelona".

Juan Luis Sánchez dijo...

Esperemos, amigo Julián, que los de Mediapro le hayan asesorado. Pero en la película En el punto de mira también estaba Eduardo Noriega, y no debió decir 'ni mu' ante los numerosos gazapos del film. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hombre, esperémoslo. Sé que salen museos como el Museu Picasso, el Joan Miró y la Fundació Antoni Tàpies; restaurantes como Els Quatre Gats y Barceloneta; los monumentos famosos de la ciudad; las Rambles; la Casa Fuster (en donde él tocaba de vez en cuando con dos de su banda de jazz), etc.
Y sobre "Una casa de locos", me olvidé decir que se equivocaron en que en Barcelona es verano todo el año, como aparece en la película: cuando es invierno puede hacer mucho frío, que lo aumenta la humedad de la ciudad. Pero me creía casi todo lo que aparecía, que siendo barcelonés, no me la darán con queso.
Un saludo.

P.D.: He citado tus páginas web en uno de mis blogs, para que las conozcan, pues son interesantes.