viernes, 30 de julio de 2010

"Mi vecino Totoro", estrella invitada de "Toy Story 3"

Uno de los (numerosos) grandes momentos deToy Story 3 es el cameo de Totoro, personaje de Mi vecino Totoro , del maestro japonés Hayao Miyazaki. Aparece cuando Woody está frente a un ordenador, consultando cómo se vuelve a su casa en Google Maps.

Miyazaki es el gran inspirador de los animadores actuales, y le citan continuamente cuando conceden entrevistas. El 'alma mater' de Pixar, John Lasseter, que además es amiguete suyo, no para de hablar de él. "Cuando en nuestras películas tenemos algún problema que nos resulta difícil de resolver, pensamos cómo lo solucionaría Hayao Miyazaki. Además, me pongo alguna película suya porque siempre cojo ideas", explica Lasseter.

Después de ver la película no puedo resistirme a recomendársela al público en general y a los aficionados al cine fantástico en particular.  No es una novedad que una película de Pixar se sitúe entre lo mejor del año, como pasaba con Ratatouille y Up, con momentos dramáticos tan intensos que ya los quisieran las películas de animación real.

La nueva cinta de Pixar, ¡es apabullante! Os aseguro que unos días antes, estuve viendo Shrek, felices para siempre, que no estaba nada mal -me sorprendió mucho-, pero se queda en una peliculilla de segunda fila al lado de Toy Story 3. ¡Eso sí que es pulverizar a la competencia! Debe ser un poco frustrante trabajar para los competidores de Pixar, porque es algo así como ponerle una gran pasión en excavar un túnel con una pala, y que de repente llegue la tuneladora. Uno debe sentirse como el doctor Watson, Art Garfunkel, Andrew Ridgeley (sí, el tipo que formaba Wham! con George Michael) o el inventor de la Pepsi Cola.

No sólo técnicamente te deja con la boca abierta -atención al coche de la madre de Andy-,  no sólo es descacharrante -impagables los marcianitos del gancho- sino que implica emocionalmente al espectador. Estuve viendo la película en una sesión con niños, que siempre dan un poco la lata y os juro que en el emotivo tramo final no se movía ni una mosca. Miré al niño de al lado y tenía los ojos tan abiertos que parecía un personaje de una película de animación japonesa.

El público aplaudió de forma entusiasta al final. Pero es que unos minutos después volvieron ovacionar, de nuevo,  tras el fantástico número musical de los títulos de crédito al ritmo de la versión aflamencada de "Hay un amigo en mí", versión Gipsy Kings.


1 comentario:

Anónimo dijo...

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