Mostrando entradas con la etiqueta años 80. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta años 80. Mostrar todas las entradas

viernes, 17 de diciembre de 2010

Freddy Krueger canta “Let it Be” en un vídeo nostálgico

Me asombro a mí mismo cada vez que tengo nostalgia de los 80, pues durante esos años tenía la sensación de que nada atravesaba un buen momento. Por ejemplo, aunque me gustan mucho algunas películas de la época como Blade Runner y Terciopelo azul, no se rodaron tantas obras maestras como en los 70, cuando El Padrino, Annie Hall, Taxi Driver y otras cambiaban la historia del cine.

Me gustan buenos grupos musicales que triunfaban por entonces, como U2, The Police, The Smiths, etc., pero no me llegan tanto como los Led Zeppelin, Deep Purple, David Bowie, etc., de los 70.

Pero el caso es que los años decisivos de mi infancia y adolescencia transcurrieron en los 80, así que estoy condenado a emocionarme cada vez que escucho una canción de las que estaban de moda por aquel entonces, algunas (¿por qué no confesarlo?) con un punto "hortera", como "Xanadú" de ELO, y otras que paradójicamente entonces odiaba, como el "Nothing Gonna Change My Love For You", de Glenn Medeiros, que tiene bastantes narices.

En cualquier caso, me ha devuelto al pasado este vídeo -rodado para promocionar la cuarta temporada del show escandinavo Gylne Tider- en el que figuras de aquellos años entonan la canción "Let it Be" de The Beatles. Destaca la presencia del mismísimo Robert Englund (Freddy Krueger), pero también está Lou Ferrigno, que fue El increíble Hulk. Por el vídeo también asoman Dolph Lundgren, Kelly McGillis, Daryl Hannah,Kathleen Turner, Roger Moore, Steve Guttenberg, Glenn Close, y hasta Carlton, de El príncipe de Bel Air, que no es exactamente de los 80, pero cuya presencia nos produce alegría porque no sabíamos qué había sido de él.

La nota emotiva la pone el hecho de que salga recientemente fallecidoLeslie Nielsen, el hombre que mejor ha recitado con una enorme seriedad (como si estuvieran sacadas de una obra de Tenessee Williams) las frases más absurdas ("Quiero desearles suerte, contamos con usted").

A los que tengáis treinta y muchos os encantará el vídeo.


miércoles, 1 de septiembre de 2010

Anoche soñé que volvía a los 80 con Joe Dante

Abro el viernes el periódico para ver qué se estrenaba en los cines, y fue como morder la magdalena de Proust. Experimenté un viaje nostálgico hacia tiempos pasados. Los estrenos de la semana eranThe Karate KidPredators, una peli de Woody Allen con un tipo que se lía con una chica más joven como en Manhattan, y el último trabajo de Joe Dante, el director de Gremlins. O cené algo en mal estado la noche pasada o había viajado mágicamente hasta mi adolescencia en los ya lejanos años 80.

Recomiendo a los treintañeros nostálgicos que quieran retrotraerse a tiempos pasados Miedos 3D, el film de Dante. Parece que al cineasta le han encargado que no hiciera un film de terror para que los espectadores no duerman en una semana, sino una cinta para toda la familia, más bien ingenua, con algún sustito. Y parte de una historia sencilla más propia de un episodio de En los límites de la realidadCuentos asombrosos o series similares.

Pero la veteranía es un grado, y Dante demuestra que para que un film del género funcione, el espectador debe empatizar con los personajes. Siguiendo al pie de la letra la receta de sus viejas películas, como Gremlins o Pequeños guerreros, el realizador recurre a ingredientes como el humor a mansalva, familia modelo E.T., el extraterrestre y aluvión de homenajes cinéfilos y bromas variopintas (un personaje lee "La divina comedia", del otro Dante). 

En todas sus películas Dante le da un papel a Dick Miller, actor fetiche de su maestro Roger Corman, y así, en esta ocasión le saca brevemente como repartidor de pizzas. El muñeco del payaso, clara referencia a Poltergeist, aparece después de los títulos de crédito para los aficionados a quedarse en el cine a ver si hay propina en plan El secreto de la pirámide.

El tema central es la necesidad de cada uno de enfrentarse a sus miedos más personales. Mi temor más profundo sería el siguiente: que desaparezcan los directores como Joe Dante. ¡Sería dantesco!