jueves, 12 de marzo de 2009

Festival 'friqui' en Madrid


Pasé el fin de semana pasado encerrado en el cine, concretamente en la VI Muestra Sci-Fi, de cine fantástico de Madrid. Cuando empezó este evento, se llamaba Calle 13, pero ahora ha cambiado de canal televisivo que lo patrocina. Nunca me lo pierdo, sobre todo por el buen ambiente que hay. 

Eso sí, es necesario especificar que es un ambiente un poco 'friqui', para apasionados del cine fantástico. Para que os hagáis una idea, cuando empezó la proyección de Surveillance, la película de la hija de David Lynch, los títulos de crédito anunciaban la presencia como secundario de Michael Ironside. ¡Y el público empezó a aplaudir en masa! Como sabréis los que seáis un poco friquis, Ironside es un legendario secundario, que ha hecho de malo en decenas de películas, como Desafío total, Los inmortales II, El nuevo Kárate Kid (la que cambiaba a Ralph Maccio por Hilary Swank) y hasta en El equipo A. Incluso los 'normales' le conoceréis de vista por la serie V. Efectivamente, hay que ser muy friqui para saber su nombre y venerarle, pero solté una lagrimita cuando la gente le aplaudió. "Estoy entre amigos", pensé.

Aunque algunas eran un poco malas, descubrí también un par de buenas películas. Recomiendo especialmente la citada Surveillance, en la que el padre de la directora, Mr. David Lynch, que ejerce como productor ejecutivo, parece que le ha echado una mano y le ha dado alguna que otra indicación a su hija. De hecho el argumento es típicamente 'lynchiano', pues Bill Pullman –qué viejo está, como pasa el tiempo– y Julia Ormond –qué mayor está, como pasa el tiempo– son dos agentes del FBI que acuden a un pueblo tipo Twin Peaks para investigar una serie de asesinatos. También incluye buenas dosis de humor negro y surrealista en la línea del cine de su padre. La anterior película de Jennifer Lynch, Mi obsesión por Helena –sobre un tipo que se obsesionaba con una chica, le cortaba las piernas y la metía en una caja–, era tan sumamente mala, que se ha pasado quince años sin dirigir, hasta ahora.


También descubrí la mejor película de vampiros en lo que llevamos de Milenio, Déjame entrar, una genial adaptación sueca de la brillante novela de John Ajvide Lindqvist.  Es como Crepúsculo pero buena. También plantea una bonita historia de amor humano-vampírica entre adolescentes, con las siguientes IMPORTANTES diferencias respecto a la execrable obra de Stephenie Meyers:

1. La chica es la vampiresa y el chico es el humano. Ambos se comportan como niños de 12 años, o sea que se sienten atraídos por el otro, pero están muy cortados y son un poco sosos.
2. La vampiresa muerde a la gente, y chupa sangre, como los de las películas de la Hammer. O sea, que es lo que yo entiendo por un vampiro, no 'esa cosa' que contiene su  sed de sangre por amor, para incitar a los adolescentes a mantener la castidad y hacer propaganda religiosa.
3. Es una historia de iniciación al sexo, entre personajes muy jóvenes que me hizo recordar mi propia adolescencia. Tiene una secuencia en la que ella se mete en la cama de él, que es una maravilla... ¡Hay sexo, como en la vida real! Entérate ya, Stephenie.
4. Hay violencia. Brutal. Por ejemplo, una secuencia en la que la niña muerde a un tipo desfigurado en la ventana de un hospital...

Déjame entrar es una vuelta de tuerca estupenda en el género vampírico. Me conmovió y me puso los pelos de punta a la vez. Es como la novela: brutal y lírica a la vez. Recuerdo como describe en el libro el autor a la protagonista, Eli, que tiene "los ojos de Samuel Beckett en la cara de Audrey Hepburn", o sea que es una combinación de sabiduría e ingenuidad... En fin, me ha devuelto a mi subgénero favorito, los vampiros, que andaban últimamente un poco de colmillos caídos.

3 comentarios:

Sonia Agüero Caballer dijo...

Jo chico, primer año que me pierdo el festival, no me di cuenta y eso que le dije a Carlos V que me avisara grrrr.
Bueno, yo ya había visto "Déjame entrar" gracias a internet y es preciosa. Y por diox, no la compares con Crepusculo que vaya pota de película, el gran trauma de los vampiros, que a la luz del sol les sale "purpurina" arghhhhh, lo único bueno fue la partida de baseball jejeje.

Oye, como es que Bill Pullman está "viejo" y Julia Ormond "mayor"? que son esas diferencias? jajaja

Un beso niño.
Sonia...

Juan Luis Sánchez dijo...

Hola, PrisZhora. Creía que sabías lo del festival, ya que tu ex creo que publicó la programación en Facebook. Sino te habría mandado un mensaje o algo así. Yo te aviso por si acaso el año que viene.
Precisamente estoy de acuerdo contigo. No tiene comparación Crepúsculo con Déjame entrar. Son antítesis absolutas, el Ying y Yang, lo sublime y la bazofia, jajajajaja.
Siento cualquier connotación machista que hayan podido tener mis adjetivos hacia Bill Pullman y Julia Ormond. Quería decir que se nota el paso del tiempo en ambos. Ella se conserva mucho mejor. Un beso.

Anónimo dijo...

Si es que yo también aplaudiría ante el crédito de Michael Ironside. ¡Qué hombre tan entrañable! (en un sentido figurado, claro). Aún no he visto "Déjame entrar" pero cada día tengo más ganas... y sí, los vampiros de Crepúsculo dan pena, y el tufillo moral de la película mucho más. Pero a fin de cuentas ¿qué se puede esperar de una novela de vampiros escrita por una mormona?