miércoles, 18 de junio de 2008

Esos maravillosos espectadores

Me encanta escuchar los comentarios de la gente que está a mi alrededor cuando voy al cine. Algunos espectadores son tan geniales que me animan la tarde con frases incluso mejores que las de la pantalla. Estaba esperando frente a la taquilla de un cine en el que ponían Stalingrado y un tipo le preguntó a otro: “¿Esta película de qué irá?”. Cuando fui a ver La lista de Schindler un abuelillo malhumorado dijo a voz en grito: “Es en blanco y negro. Vaya basura. ¡Para eso me quedo en casa y pongo la tele!”.

Un individuo emocionadísimo estuvo durante toda la proyección del último Rocky animando al protagonista a voz en grito: “¡Dale! ¡Dale! ¡Duro con él! ¡Tú puedes!, decía mientras daba puñetazos al aire. Una madre que había llevado a sus tres hijos de entre cinco y siete años –más o menos– al cine, se quejaba de que ya no hacían películas infantiles como las de antes”, en plena proyección de South Park, cuando cantaban una canción bastante soez que decía algo así como 'Eres un cabrón, hijo puta'. Los motivos por los que había acabado llevando a los niños a ver esa película son totalmente incomprensibles para mí.

Recuerdo especialmente con gran cariño a dos chicas que discutían sobre el cine de Hollywood. Al final, una de ellas sentenció que las mejores películas eran las estadounidenses. Pero no porque los mejores actores nacieran en Estados Unidos sino porque allí (la chica no iba desencaminada) se trasladaban los intérpretes más grandiosos del mundo. Por ejemplo: ¡Jean-Claude Van Damme!

9 comentarios:

belenmadrid dijo...

jajajjaa claro, y suasenager, jaja (comoseescriba) :P

Juan Luis Sánchez dijo...

Sí, Gobernator, jajajajaja, un beso Géminis.

bizarro con interrupciones dijo...

Es verdad que a veces incluso te salvan una malapelícula.

Recuerdo viendo "Lo que la verdad esconde" (creo recordar que se llama así, porque vaya mierda de título) en que Harrison Ford hacía de malo, y en la que ponía cara de malo desde el primer minuto (así perdía toda la emoción).

Pero el caso es que fui a verla al cine Madrid (el de Colón) con un cine lleno de abuelitas del barrio de Salamanca, y cada vez que había un susto pegaban unos gritos que no veas. Te levantabas del asiento del susto. Así que ellas ponían una ambientación fantástica. Mejor sus sustos que los de la película.

Juan Luis Sánchez dijo...

Jajajaja, menos mal que te animaron la película, porque no era especialmente buena... Gracias por la visita a mi blog.

Mi vida en 20 kg. dijo...

No se me habia ocurrido escuchar los comentarios de la gente...es una buena idea...quizas me saquen alguna risa.

Saludos
sys

Juan Luis Sánchez dijo...

A veces son mejores que la peli, MiVida. Sólo te pones a escucharles cuando lo que sale en la pantalla te aburre terriblemente. Gracias por venir a leerme, un abrazo.

Mi vida en 20 kg. dijo...

Yo doy las gracias.....

Jaime dijo...

Es curioso, fui a ver Lo que la verdad esconde y me pas� lo mismo que a mi hermano: las abuelitas me aterraron. (ser� que ya empiezo a copiarle hasta las an�cdotas? :p)

Enrique Nieto dijo...

El recuerdo más confuso fue el estreno de El Rey León hace años, y los papás sacando a los niños llorando del cine cuando muere el padre león... Se les fue la mano como con Bambi.