lunes, 21 de noviembre de 2011

"Amanecer. Parte 1": Pero, ¿qué se inyecta Stephenie Meyer?

Además de criticar mucho a Stephen King para que me pongan a caldo sus fans, también me encanta arremeter contra las diferentes entregas de Crepúsculo, pues luego me ponen comentarios ofendidísimas seguidoras adolescentes que inspiran 'ternurita'. Para seguir incordiándolas, fui a ver Amanecer (Parte 1), pensando que sería tan aburrida como las cintas que la preceden, y he alucinado en colorines...

En la cola, una de las apasionadas me preguntó si yo era 'tin' Edward o 'tin' Jacob, y le respondí que era más bien 'tin' Burton y 'tin' Robbins.

El comienzo es muy aburrido. Una hora de despedida de soltero (sin stripper, eso queda claro), boda, luna de miel en isla paradisíaca, etc. Es posible que como no ocurría nada interesante me quedara dormido, pues dicen que cuando te pasa eso en el cine, sueñas que sigues viendo la película y tienes la sensación de que no te has perdido nada. Eso explicaría lo que creí ver después...

Atención: ¡SPOILER total! No sigáis leyendo si no habéis visto la peli o leído el libro y pretendéis hacerlo alguna vez. ¡Aunque igual lo soñé todo y no es un SPOILER! Cualquiera sabe.

Para empezar, Bella anuncia que ha pensado en ponerle a su hija un nombre que combine el de su madre, Renée, con el de la madre de Edward, Esme, así que a la pobre chavala le va a tocar llamarse 'Renesme'. No sé si en inglés 'Renesme' suena bien, en español no mucho. Menos mal que las abuelas no se llaman 'Tomasa' y 'Recesvinta', porque la habría puesto a la desgraciada 'Recesvintomasa'.

Durante el parto, el bebé tiene una placenta muy dura, de forma que Edward se ve obligado a morderla, en plan Tom Cruise, para que la criatura pueda nacer... Surrealista.

Además, Edward hace gala de una peculiar forma de convertir a Bella en vampira. Saca una jeringa gigante y le dice a Jacob que le va a inyectar directamente en el corazón su ponzoña. Al parecer, en vez de saliva debe tener ponzoña, una especie de veneno, y eso es lo que convierte a los otros en vampiros... Curioso, sí señor...

Pero vamos al grano... Resulta que en realidad toda la saga es una manera de hacer mucho ruido (y vaya si ha sido sonada) de cara a divulgar entre los adolescentes que lo romántico, lo que mola, es no practicar el sexo hasta después del matrimonio. El mensaje parece sincero, pues la Meyer es ferviente seguidora de la fe mormona. Yo eso lo respeto. Bienintencionada es la mujer, sin duda. Pero tanta preocupación por la moralidad, por señalar el camino a los chavales y tal, y luego sugiere cosas bastante más chungas que las que quiere evitar.

Jacob, el hombre lobo, se siente asqueado la primera vez que ve a la tal 'Renesme'. Pero luego se queda prendado del bebé que ha tenido su adoradísima Bella, que se suponía que era el amor de su vida, con su competidor. Según la peli, Jacob se 'imprima', lo que al parecer significa que se queda pilladísimo y que va a ser su pareja... El director, Bill Condon, mantiene la elegancia, pero desde luego esto es un tanto oscuro. ¿A vosotros os parece normal? Todo es tan malo, que más que escandaloso e irritante resulta disparatado. 

Niños, no practiquéis sexo antes del matrimonio, y no toméis drogas, haceros estrellas de la literatura juvenil y os las darán gratis...

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