viernes, 18 de noviembre de 2011

Stephen King: El tamaño sí importa

Estos días me he leído un libro de Stephen King, "Todo oscuro, sin estrellas", que en principio es el último publicado en España, aunque me hago un lío... ¡Como los fabrica en serie y tiene tantos! Y eso que dijo hace unos años que se iba a retirar, porque estaba bastante fastidiado el hombre con las secuelas del fatal atropello que sufrió. Juró por sus muertos que al menos se contendría un poco, pero después de éste ha escrito "11/22/63", "Mile 81" y "La Torre Oscura: The Wind Through the Keyhole". ¡Qué bien que haya bajado el ritmo!

¿Por qué me cojo para leer un libro de King con lo mucho que se publica en España? ¿Masoquismo? Se debe tener en cuenta que los últimos libros que me gustaron de King son del 86-87, o sea cuando escribía "It", "Los ojos del dragón" y "Misery". Desde entonces, y para expresarlo claramente: ¡La madre que le parió! Disfruté, eso sí, de su autobiografía, "Mientras escribo", donde en un arrebato de sinceridad confirma que redactó "Cujo" bajo los efectos del alcohol y ni se acuerda de ella. Igual es que no la escribió él, cualquiera sabe.

La razón de que haya elegido este libro es muy sencilla. Cuando escribo de King me ponen comentarios numerosos apasionados del hiperactivo de Maine, visiblemente indignados. Nunca me he metido con nadie en este blog que suscitara tanta pasión... El caso es que soy un poco malvado y decidí que me terminaría el último troncho de King para poder despacharme a gusto.

El plan no ha salido bien, porque ha ocurrido algo completamente inesperado... Resulta que me ha gustado. ¿Estoy borracho yo también como King en sus peores años? No, lo cierto es que no, creo que la clave está en que se trata de relatos cortos.

Se piensa el creador de tochazos King que un libro es mejor cuanto más pese, sólo así se explica "Apocalipsis", que creo recordar que tenía más de mil páginas. Le sobraban 990. Sin embargo, sus nuevos relatos duran lo justo, y sin ser originales (creo que debió ver en la tele Bonnie and ClydeLa extraña que hay en ti y alguna película más y a partir de ahí ha hecho un refrito), sí que logran mantenerte en tensión, y bastante. Por ejemplo, en uno de los cuentos una señora, en apariencia felizmente casada, descubre que su marido tiene un cajón secreto en un lugar del garaje, y decide abrirlo... Se encuentra algo muy extraño, ¿a qué dan ganas de saber lo que es y seguir leyendo? ¡Pues eso ocurre con el libro! En fin, no es que vaya a revolucionar la literatura pero es poco habitual de un tiempo a esta parte encontrarse con un King entretenido.

El que más me ha gustado es el que ocupa menos, unas 40 páginas. El tamaño sí que importa, Stephen, pero en tu caso al revés. Escribe microrelatos, que seguro que son 'la caña': "Y cuando desperté, Carrie y un dinosaurio todavía estaban allí".

En fin, este libro además, ha recuperado una venada salvaje inédita últimamente, pues es un poco 'gore'. Me da a mí que igual lo ha escrito su hijo, Joe Hill, que está más en forma, pues puede que sea tan prolífico como él, y si escribe mucho material se habrá visto obligado a adoptar un pseudónimo. Lo mismo ha escogido el nombre de Stephen King, que vende mucho... ¡Y todo queda en familia!

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