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miércoles, 29 de diciembre de 2010

Spider-Man se vuelve gafe

No soy supersticioso, me encantaría tener 13 millones de euros en el banco, y no me resultaría especialmente desagradable pasar por debajo de una escalera cogido de la mano de Charlize Theron. Pero tengo que reconocer que los gafes existen. Es un hecho científico que [director innombrable que perteneció a los Monty Python y luego rodó cintas personalísimas como Brazil] tiene como vecino a un tuerto que le mira todos los días, y por eso cada vez que empieza a rodar se desencadena un huracán o fallece de forma inesperada el jovencísimo actor principal. Y de nuestra actriz más internacional mejor ni hablemos...

Ahora parece que la directora Julie Taymor, directora del musical de Broadway “Spiderman. Turn Off the Dark” debió pasar un martes y 13 por debajo de una escalera justo en el momento en el que pasaba por delante un gato negro tuerto, que le echó una miradita. Sino no se explica la serie de catastróficas desdichas que están dando al traste con la producción teatral más cara de la historia de Nueva York.

Hasta ahora el estreno se había demorado una y otra vez, se produjeron accidentes de diversa gravedad, y se desencadenaron problemas técnicos que dejaban a algún actor suspendido en el aire más tiempo de lo necesario. En un preestreno, se rompió una cuerda, y el acróbata Christopher Tierney cayó desde más de nueve metros de altura, lo que provocó que la actriz principal Natalie Mendoza sufriera un ataque de pánico. “Por favor, rezar por mi amigo, Chris, mi superhéroe, que silenciosamente me inspira cada día con su espíritu. Una luz se ha oscurecido en mi corazón”, escribía la desconsolada actriz en Twitter.

La última noticia es que la propia Natalie Mendoza, que también sufrió una lesión, abandona el montaje. Por lo visto, ha decidido renunciar antes de que le ocurra algo peor. No será fácil ahora sustituir a la actriz principal, que canta en el tema más importante, y otras cinco canciones.

Y eso que se supone que el superhéroe más gafe no era Spider-Man precisamente, sino cierto hombre de acero, cuyo nombre prefiero no decir, que ha sido interpretado por actores como George Reeves (que apareció muerto por un disparo y aparentemente se suicidó), Christopher Reeve (que se quedó tetrapléjico) y Brandon Routh (del que apenas se ha sabido nada desde que interpretó al personaje).

Ya tenía echas las maletas para ir a ver al Trepamuros. Soy fan de Spider-Man y de la Taymor. Hace unos años, cuando visité por primera vez la Gran Manzana me dijeron “Métete a ver “El rey León”, que lo dirigía la Taymor. Yo confieso que a mí “El rey León” y su puñetera señora madre me traían al pairo, pero acabé haciendo caso, por suerte, y aluciné en colores. Pensaba ir a ver al Hombre Araña, con música de U2, pero ahora temo realmente que el avión se estrelle, así que me quedaré en casa.

En fin, no tiene nada que ver, pero anoche volví a tener una pesadilla con las películas en 3D que se parecía mucho a este vídeo:

lunes, 15 de febrero de 2010

Odio el 3D

Sí, vale, soy un aguafiestas. Voy a quedar muy mal en este blog. Soy odioso. Es como si la selección española ganara el mundial de fútbol, todos encantados organizaran una fiesta, y yo cogiera el micrófono para decir que tenía que haber ganado Argentina. Seguro que me lincharían. Pues eso me va a ocurrir con este post.

Ya sé que ahora mismo el 3D es la criatura mimada y adorada por todos. Una gran mayoría de espectadores que ve las películas en su casa, sólo ha accedido a abandonar la comodidad de su vivienda e ir a una sala de cine para disfrutar de los mundos virtuales de Avatar, en 3D. Los empresarios del cine están encantados porque ven sus salas llenas y se forman colas en los bares. Todo el mundo está feliz.

Pues bien, a mí el 3D me marea. Sí, mucho menos que el sistema anterior, el de las gafas rojas y azules, que eran un auténtico suplicio. Pero los 162 minutos del señor Cameron me dejaron un poco "atontado". No sé si Cameron revolucionará el cine, pero me revolucionó la cabeza.

Además, el sistema 3D le quita brillo a la película, y los colores quedan muy apagados. Y no creo que haya sido el único que veía reflejadas en las gafas las luces rojas de emergencia de la sala, lo que resultaba incomodísimo.

Y tuve que pagar tres euros más por la entrada. Y para colmo de males, los cines que reciclan las gafas no las lavan, y te pueden tocar unas gafas más sucias que la bombilla de una cuadra.

Total, que me resulta un suplicio, incomparable con el placer de disfrutar una película como siempre, en dos dimensiones. Si quiero apreciar las tres dimensiones prefiero un sistema mucho más antiguo pero que funciona mejor que se llama "teatro".

Creo que este fenómeno de feria tiene los días contados. La gente descubrirá después de dos o tres películas que está haciendo el primo y volverá a verlas de forma tradicional y a pasarlo bien otra vez.

Ahora espero vuestros comentarios poniéndome a bajar de un burro. Por cierto, esta entrada venía a cuento de que ha comenzado el rodaje de Saw VII. Dirige Kevin Greutert que tiene que tenerla lista para su estreno de cara al próximo Halloween, al menos en países donde no la censuren, claro, pero eso es otra historia. Como es la saga del siglo XXI favorita de todos los aficionados al terror, prometo ampliar la información. Pues bien, el caso es que la película será en 3D. ¿Y qué entrega de qué saga no va a ser en 3D? ¡Todas anuncian que las verás con gafitas! En fin, no sé yo si será recomendable verse envuelto en las secuencias hiperdesagradables extremas de Saw en 3 dimensiones, porque al espectador le salpicará la sangre...