Nada más encontrarme con Reitman me pide curiosamente que me deje hacer una foto. Meses después me entero de que el director ha usado todas las imágenes que ha tomado a los periodistas para su vídeo “Lost in the Air”, que recrea brevemente su gira promocional.
Reitman se sienta frente a mí y saca su PDA. Me explica que apunta las veces que se repiten las mismas preguntas. Es inevitable que los periodistas nos interesemos por las mismas cuestiones. De momento, surgen sobre todo tres asuntos que lideran la clasificación: la crisis, la familia y George Clooney. Miro mi lista de preguntas –siempre las llevo apuntadas para no quedarme en blanco– y mis tres primeras son precisamente sobre esas cuestiones. ¡Pero es que son precisamente la clave del film! Decido hacérselas de todas formas.
Vamos con mi pregunta sobre la crisis. Esta película sobre un experto en despidos llega en el momento más oportuno, en plena crisis económica. ¿Estaba previsto así? ¿Cómo surgió el film?
Pues lo cierto es que empecé a preparar el proyecto antes de la crisis. Leí la novela de Walter Kim antes de rodar mi primer largometraje, y quedé tan enganchado que tenía muy claro que daría lugar a una interesante película. Me hice con los derechos mientras esperaba que me financiaran mi ópera prima. Cuando había escrito treinta páginas del guión me dieron luz verde para Gracias por fumar, así que el rodaje interrumpió el proyecto. Cuando acabé, retomé el guión, pero escribí otras treinta páginas, y entonces me puse a rodar Juno, así que se volvió a interrumpir.
Finalmente estoy contento de que se haya retrasado tanto, porque la película ha salido ganando. Creo que hace seis años no entendía la vida lo suficiente, y que hubiera quedado peor que ahora.
A pesar del momento económico complicado, no pretendo deprimir al espectador, sino todo lo contrario. No creo que la película trate únicamente sobre la economía, y no creo que los espectadores salgan del cine pensando que trate de eso. Espero que salgan preguntándose cómo se sienten en sus vidas, cuál es el propósito de sus vidas, a quién quieren en ellas, etc. Y supongo que eso me hace feliz.
Eso me lleva a mi segunda pregunta, que no es muy original, pues es sobre la familia. Uno de estos grandes temas que ha tratado es la necesidad de una familia y de relaciones afectivas. Clooney busca rehacer su relación con sus hermanas, y también establecer lazos con el personaje de Vera Farmiga. ¿Es la soledad y la falta de apoyo familiar uno de los grandes problemas del hombre moderno?
Creo que el hombre moderno sufre mucho por culpa de la incomunicación. Esto me resulta muy paradójico porque estamos más conectados que nunca, a través de las redes sociales, como facebook y twitter, que me gusta mucho, ya que lo uso habitualmente. Y todos llevamos el móvil a todas partes. Y sin embargo, a pesar de esta falsa impresión de estar acompañado, hay gente que se siente más sola que nunca. Puedes recibir mil mensajes en facebook, pero que eso nunca será lo mismo que la posibilidad de mirar a alguien a los ojos directamente.
Creo que el tratamiento del tema de la familia es lo que diferencia esta película de Gracias por fumar, ya que ahora me interesa más. Precisamente en este tiempo que ha transcurrido desde que rodé aquel film, me he casado y he tenido un bebé. Eso me ha cambiado a mí por completo, lo que espero que se refleje en mi cine.
Y mi tercera pregunta es sobre... ¡George Clooney! A pesar de que su personaje se dedica a una profesión desagradable, porque es un experto en despidos, su personaje no es odioso, sino un tipo carismático. ¿Cómo preparó el papel con él para conseguir que su personaje tuviera tanto encanto?
(Le pone una “X” a la pregunta en la PDA y sonríe) Me resulta interesante buscar el lado bueno de la gente, incluso de la que está etiquetada como “malvada”. Esto dio lugar a mi película Gracias por fumar, y al personaje de Nick Taylor, nada menos que un defensor de las compañías tabaqueras. Y así lo hago aquí. Quizás es un defecto que yo tengo, pero estoy convencido de que nadie es totalmente malo (risas).
Lo cierto es que es un privilegio trabajar con George Clooney. Le expliqué todo esto y no hizo falta nada más. Lo juro. Entendió al personaje inmediatamente, y aunque tuvimos muchas conversaciones, ya había pillado lo que yo quería contar desde el principio.
Aunque adapta una novela de Walter Kirn, ¿se ha basado en alguna experiencia personal para la película?
En cierta medida, me gusta buscar referencias en mi propia vida de lo que voy a contar. Por ejemplo, por mi particular profesión de cineasta, nunca he sido despedido, pero sí que he tenido que despedir a gente. También me apoyo en el testimonio de otras personas, pues he tenido muchos amigos que han perdido su trabajo en este momento tan malo. La mayoría de la gente ha sido despedida en algún momento de su vida.
¿Era una enorme presión rodar una nueva película tras el enorme éxito de Juno?
Yo pensaba que sería terrible. Incluso que no podría volver a rodar una nueva película por la presión. Pensaba que no estaría a la altura, que nunca cumpliría las expectativas y todo eso. Pero realmente, una vez que me puse manos a la obra, me concentré en mi trabajo, me puse a hacer lo que sé hacer y me desconecté de cualquier pensamiento negativo.
Quisiera volver al tema de la familia. ¿Cómo surgió la idea de reclutar a tu padre, el director Ivan Reitman, que ejerce en la cinta de productor? ¿Le ha ayudado mucho con la película?
Lo cierto es que mi padre ha sido clave no sólo para esta película, sino que más bien ha sido fundamental para todo lo que yo he hecho en la vida. Desde que hice por primera vez los deberes en el cole, se los enseñé a mi padre, y éste me dio su opinión, y desde entonces hasta ahora. Por supuesto, ha visto todos mis cortos y todos mis trabajos y me ha dado ideas desde que empezaba a desarrollarlos.
Siempre había querido colaborar con mi padre en una película. Pero aplazaba el momento, porque no quería que me acusaran de dejar que mi padre, veterano cineasta, me hiciera la película. Estaba esperando hasta que me consideraran un director consagrado. Después de hacer Juno, creo que ya nadie me va a considerar simplemente “el hijo de Ivan Reitman” y creo que había llegado el momento. Ha sido una excelente experiencia poder contar con él.
¿Dirigiría usted la tercera parte de Los Cazafantasmas, el film más conocido de su padre, que se encuentra actualmente en fase de desarrollo o le parece que va a ser una película demasiado comercial?
Soy el principal fan de Los cazafantasmas desde pequeño. Me encanta la saga. Pero creo también que yo haría la película de Los cazafantasmas más aburrida de la serie. Acabaría siendo todo diálogo y nada de fantasmas, o sea que no sirvo para eso. Esa película es claramente para mi padre. Es su cine.
Soy el principal fan de Los cazafantasmas desde pequeño. Me encanta la saga. Pero creo también que yo haría la película de Los cazafantasmas más aburrida de la serie. Acabaría siendo todo diálogo y nada de fantasmas, o sea que no sirvo para eso. Esa película es claramente para mi padre. Es su cine.
Ha tratado hasta ahora temas de gran interés: el tabaco, los embarazos adolescentes y los despidos. ¿Qué viene ahora?
Pues creo que voy a rodar una película sobre Hitler y el SIDA (muchas risas). Bueno, es broma. Quiero hacer películas sobre las relaciones humanas. Si alguien analizara mi cine dentro de muchos años (a saber qué pasa) quisiera que llegara a la conclusión de que el nexo de unión de mis películas serían las relaciones de las personas.
De momento , me he puesto manos a la obra con la adaptación de “Labor Day”, un libro de Joyce Maynard.
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