viernes, 29 de enero de 2010

¿Quién nos protege a nosotros?

Varias personas corrientes descubren -cada uno por separado- que poseen habilidades sobrehumanas. Unos leen el pensamiento, otros mueven objetos. Les persiguen unos misteriosos tipos con traje.  ¿Les suena el argumento? Pues no, no estamos hablando de Héroes. Por sorprendente que parezca ése es el punto de partida de una serie española que ha arrancado con buenos datos de audiencia, Los protegidos, cuyo título hace referencia a una película, también superheroica, de M. Night Shyamalan.

La cumbre de la caradura es que utiliza viñetas de los personajes, como Héroes. No se han esforzado mucho en ocultar de dónde han "robado".

Se puede plagiar bien (Doctor Mateo es una evidente versión libre deDoctor en Alaska, y Acusados toma 'prestados' muchos elementos deDaños y perjuicios y ambas series funcionan). Pero no es éste el caso. Pronto, la serie deriva hacia los tópicos "cañís" y se parece mucho más aLos Serrano -con enamoramiento entre chico  y chica que conviven como hermanos- que al modelo a imitar. Por supuesto está todo filmado con iluminación colorista en plan Manos a la obra, estilo "Pepe, mete más focos que se tiene que ver muy bien todo, que brillen los decorados".

En principio, es loable que intente ser una serie concebida para el público familiar. Por eso los protagonistas pertenecen a diferentes rangos de edad, al estilo de Médico de familia. Les falta la 'superabuela' (aunque hay unos maduros caseros copiados de los Roper de Un hombre en casa), pero en general los personajes son de todas las edades, incluyendo niños gritones modelo Farmacia de guardia. Incluso los episodios intentan enviar reflexiones sobre algunos temas como la mentira, como si fuera una fábula.

Pero luego, resulta que tampoco saben hacer una serie familiar, porque aparecen niñas adolescentes que lucen tipo con sugerentes minifaldas, que juegan al "strip-póker", para llevarse a la cama a uno de los protagonistas. O sea, ¿es una serie para que los niños la vean en compañía de los adultos o para depravados? Decídanse, señores, y díganme, ¿quién nos protege a nosotros? Apaga (la tele) y vámonos.

Quisiera salvar al actor Antonio Garrido. Es un todoterreno. Fue uno de los protagonistas de una de las pocas series decentes que ha producido España (Los simuladores) y cambia tanto de registro en esta ocasión, como tipo ingenuo y bienintencionado que no parece ni él. Nada que ver con el "macarrilla" de 7 minutos o el policía autoritario de La chica de ayer.

Pero en fin, por si alguien vio los prometedores avances de la serie en Antena 3, que parecían mucho más serios, os dejo este vídeo mucho más clarificador de lo que realmente es. Sólo falta Fran Perea:


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