
Como el viernes llovía muchísimo en Madrid, intuí que habría empezado la Feria del Libro. Es una tradición, como el turrón de Navidad: siempre que llega la Feria del Libro llueve. Ni siquiera el cambio climático ha dado al traste con esta maldición cósmica que el evento arrastra consigo. Cogí el paraguas y fui a darme una vuelta por allí, aunque confieso que no la pude recorrer entera porque es inacabable. De todas formas, viví grandes alegrías en forma de novedades literarias que me han hecho pasar un fin de semana estupendo a base de buena lectura.
He visto que muchos blogs recomiendan libros, así que a mí me gustaría también recomendaros unos cuantos libros y cómics. Por si os sirven de algo mis consejillos.

La gran sorpresa de la Feria del Libro. Llego a una caseta de una tienda de comics y resulta que ¡Ralf König ha sacado un nuevo álbum! ¡Salto de alegría! Se titula
El diván de la psicóloga. Me lo leí después -cómodamente instalado en el sillón- de un tirón. Básicamente, se lee él solo. Tiene un guión muy superior a muchísimas películas. Gran sorpresa. Por una vez, la protagonista es ¡una mujer! A las chicas les encantan los tebeos de König, pero en todos los que conozco los personajes femeninos que salen son bastante histéricos, como la novia del hetero de
El hombre deseado.
Parece que esta vez, el dibujante alemán se ha propuesto en serio retratar en profundidad a una mujer creíble, de carne y hueso. Y lo consigue. Su protagonista es una psicóloga con problemas para encontrar hombres que merezcan un poco la pena, que tras un desengaño brutal conocerá a un granjero de paso por Berlín... No cuento más, pues no me distingo por destripar argumentos.
Por supuesto, no faltan los personajes homosexuales, y mucho humor del que le gusta a König, a base de retratar el universo femenino desde el punto de vista de los gays. Y un musical bastante gay basado en... (uy, mejor no decirlo, prefiero que lo descubráis vosotros mismos). Pero esta vez, curiosamente, son secundarios y salen mucho más los heteros. Retrata temas muy de actualidad, como las citas por internet o los videojuegos.
En fin, empezaréis a pensar que la editorial me da comisión. ¡Pero es que me ha encantado!

Otro autor de tebeos que sigo desde hace mucho es Peter Bagge, creador de
Odio. Su nuevo trabajo se titula
Apocalipsis Friqui. Está muy solicitado, porque se ve que sólo con leer el título, la gente lo compra a mansalva. De hecho, tuve que ir a varios sitios a ver si lo conseguía, y estaba bastante agotado. Al final, vi un ejemplar que decía 'ven con papá' y me abalancé de un salto sobre él, justo a tiempo, un segundo antes de que me lo quitara otro tipo que había fijado su mirada sobre él. Merece la pena, porque la premisa es muy interesante. ¿Cómo se las apañarían dos 'urbanitas', absolutamente negados, si hubiera una catástrofe? Una bomba nuclear cae sobre Seatle y los dos protagonistas, que estaban fuera de la ciudad, deben sobrevivir como sea. Me sentí identificado con ellos, porque claro, yo sólo sé escribir revistas -y no demasiado bien-. Si por circunstancias de la vida tuviera que cazar para comer o algo así, ¿qué sería de mí?

Aunque salió hace unos días, no había tenido tiempo hasta ahora de pasarme por una librería, para hacerme con el nuevo trabajo de Eduardo Mendoza, que se titula
El asombroso viaje de Pomponio Flato. Aunque se trata de una novela menor del autor de la imprescindible
La ciudad de los prodigios, tiene su gracia como siempre, y está muy bien escrito. Como profesional de la escritura, me quito el sombrero. Si un día consiguiera escribir una frase la mitad de ingeniosa que cualquiera de las que compone Mendoza, ya podría retirarme feliz. Sin duda, es uno de mis escritores españoles actuales favoritos, por no decir uno de los pocos que soporto.
El argumento es totalmente delirante y un poco irreverente. Un romano de paso por Nazaret ayuda al niño Jesús a resolver un crimen del que han acusado a San José. Es una novela detectivesca con mucho humor del estilo de
El misterio de la cripta embrujada, y aunque no llega ni de lejos a la altura, se lee de un tirón. Como suele ocurrir con los libros de Mendoza, de repente te descubres a ti mismo muerto de risa. Me lo iba leyendo en el metro de regreso a casa cuando en un par de momentos solté una ruidosa carcajada y la gente me miraba mientras probablemente estaban pensando: 'Este tío está como un cencerro'. Y es posible que tengan razón.

Y por último una novela que leí hace tiempo. Pero es que es realmente buena. Tanto que no puedo dejar de recomendárosla. Se titula
El ardor de la sangre y es de Irène Némirovsky. Como sabéis la pobre autora murió en un campo de concentración nazi, y sus hijas lograron salvar la novela que estaba escribiendo sobre la ocupación de Francia,
Suite francesa, que se publicó hace pocos años y que es absolutamente magistral. La historia del libro es tan apasionante como el propio volumen en sí.
Pues bien, como me gustó tanto, recuperé algún otro libro de la autora, como
El baile. Y hace poco se ha descubierto
El ardor de la sangre, que es otro título que se había quedado sin publicar. Los personajes están descritos en primera persona por un narrador, Silvio, que es un tipo que dilapidó su fortuna y vive en una villa provinciana. Su prima Hélene tiene una hija, Colette que acaba de casarse con un tipo ideal con el que ha tenido un hijo... Tiene giros inesperados, va creciendo en intensidad, y trata una gran multitud de temas, como el homicidio o la vitalidad juvenil, pero lo mejor es que describe la Francia rural de los años 30 con una capacidad de síntesis asombrosa, pues es una novela bastante cortita.