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viernes, 27 de junio de 2008

Adiós, muchachos

¿Hubo sexo ayer en la 'date' que yo tuve con una famosa bloguera? ¡Sí! ¡Por lo menos dos horas y media! Hubo Sexo en Nueva York, que fue la película que me llevó a ver la adorable muchacha con la que quedé ayer. En Madrid, lo que se dice en Madrid, no hubo tanto sexo. Quizás por eso inconscientemente he decidido irme a Nueva York, aunque en realidad ya tenía el billete comprado desde hace tiempo. Por fin me ha llegado el momento de tomarme unas merecidas vacaciones (creedme, he trabajado mucho y el pluriempleo es muy malo para la salud). Aunque para eso tengo que aguantar hasta el lunes y no sé si podré con todo. Se me hace muy cuesta arriba.

Era inevitable que un solterón como yo y la single más destacada de la blogosfera quedáramos por primera vez para ver en pantalla las peripecias de la soltera más famosa, Carrie Bradshaw, para ver si se casaba o no, por fin, con su adorado Mr. Big. La cita no fue nada decepcionante, porque a la bloguera en cuestión cuando la ves en persona dan ganas de abrazarla. No lo hice para que no pensara que soy un psicópata, pero no me extraña que forme parte de un grupo que se dedica a dar abrazos gratis. Sí me desilusionó un poco el hecho de que las chicas que iban a ver Sexo en Nueva York no iban vestidas como los personajes de la famosa serie, de vestidos de Gucci. Uno se había montado su propia película y pensaba que iba a ver mucho glamour y zapatos de Manolo Bahnik. La mayoría iban con vaqueros y zapatillas y, en fin, yo esperaba otra cosa.

Lo pasamos muy bien viendo la película. Soy consciente de que en los 90 estaba de moda alabar Sexo en Nueva York porque era "una serie transgresora" -se suponía- y que ahora está muy de moda ponerla a caldo porque ahora parece ser que en realidad es machista. Todo el mundo ha puesto a caldo la película, incluida la web en la que yo trabajo. Yo traté de disfrutarla y no analizarla, porque sí es cierto que la película tiene un mensaje bastante dudoso pro consumismo salvaje: "Compra, compra y compra, ropa y bolsos caros de diseñadores famosos. Y si pretendes usar un vestido de boda sencillo, combínalo con zapatos de marca". Y para colmo, las manifestantes que salen en contra de los abrigos de pieles son cuatro locas histéricas... Es la cumbre del cine antiecológico. Pero en fin, si pasamos todo eso por alto, escuché que mi encantadora acompañante se reía. La cita tenía su razón de ser en que se alegrara un poco porque, así entre nosotros, tras esa apariencia divertida que tiene, la notaba un poco triste y eso me tenía preocupado. Así que si hubo risas, mucho mejor. Los diálogos estaban bien escritos, las actrices ya tienen tan estudiados a sus personajes que parecen absolutamente naturales y te mantiene interesado durante el extenso metraje, dura unas dos horas y media. Y eso que la vimos en la última sesión, así que si hubiera sido un poco aburrida, me hubiera quedado completamente dormido.

Por lo demás, fue la date más extraña de mi vida. Normalmente, cuando alguien queda contigo por primera vez para conocerte, pretende hablar contigo. Por eso se suele quedar para cenar o algo así. Ella reconoció que la aburría ir sola al cine, así que me temo que era un mero acompañante. Ni siquiera me dio tiempo a preguntarla sobre su idilio con un bloquero, que me tiene intrigado, porque yo soy muy cotilla. De hecho, cotilla profesional. Pero es que quedamos diez minutos antes de que empezara el cine, y como era larga, cuando acabó tuve que irme a toda prisa porque hoy tenía que trabajar y ya era tardísimo para mí. Así que ni conversamos ni nada. Más que una cita fue una 'no cita', pero por un lado me parece mucho mejor, ya que así tenía una excusa para no hablar y así he podido disimular que soy un poco memo.

En fin, me alegro mucho de haber compartido este blog con estupendos visitantes. Aprovecho la ocasión para desearos que también vosotros paséis un feliz verano, tanto si os quedáis en vuestra residencia habitual como si os pegáis las vacaciones de vuestra vida. Espero que mi blog no os haya parecido un poco burro, como el personaje del chiste de Forges de hoy en El país.

jueves, 26 de junio de 2008

Ponga una bloguera en su vida

El que escribe estas líneas es ya perro viejo, ha acumulado todo tipo de experiencias y podría escribir un extenso libro detallando la gran variedad de personas con las que se puede llegar a tener una cita. Podría relatar qué es lo que ocurre cuando quedas con una escritora bipolar, una emigrante ilegal en busca de tarjeta de residencia, una adicta al sexo, una que le chillaba a todo el mundo, una aficionada al sadomaso y otros especímenes curiosos. Pero me faltaba en mi curriculum una bloguera. El asunto no es baladí. Quien no haya quedado con alguien que escriba un blog no tiene un conocimiento completo del género humano.

Los blogueros somos un tipo peculiar de personas que sentimos una inmensa necesidad de divulgar todo lo que nos ocurre a los cuatro vientos y si es posible a los cinco o seis. Escribimos nuestra vida en un blog para que se pueda ver en internet. Algunos nos conformamos con escribir sobre el último libro que hemos leído, pero otros son capaces de comentar datos sobre la ropa interior que llevan puesta (verídico, lo acabo de descubrir). Así las cosas, resulta que si tienes la fortuna o la desdicha de quedar con un bloguero/a pronto descubrirás que ha contado todos los detalles en su blog.Y lo que es todavía peor, ¡sus amigos hacen comentarios y opinan sobre ti! Como si no existieras, claro, porque nadie se ha planteado la posibilidad de que vayas a leerlo, y si se lo imagina alguien, le das igual.

Resulta que el otro día quedé en ir al cine hoy con una bloguera. ¿Cómo es posible que una representante del género femenino tenga el mínimo interés en quedar precisamente conmigo? No ocurre muy a menudo, pero tiene su explicación. Lo que pasa es que esa chica pertenece a una asociación de filántropos que se dedican a hacer una buena obra todos los viernes, y vamos a ver una película que dura hasta las 00.45, o sea que al final de la cita ya será viernes. Lo cierto es que es una buena idea, ha hecho mucho bien. ¡Al menos me saca de casa!

Pero entonces resulta que abro su blog y ella lo está contando todo. Gracias a eso me he enterado de muchas cosas. Incluso de que es un poco bruja (tenía pinta) y ha hecho por lo visto un ritual mágico para que los chicos se enamoren de ella. También he descubierto un dato curioso. No me había enterado, pero parece que hoy tiene lugar un partido de fútbol importante, así que resulta que existe la duda razonable de que yo sea gay. Es un poco tópico. Me recuerda a esos clichés sexistas que todos escuchamos desde pequeñitos, estilo 'los chicos no lloran' o 'Las niñas no juegan con camiones'. En fin, mi madre siempre decía que no le hubiera importado que fuera gay, porque están de moda y quieren mucho a sus madres, así que a mí me da un poco igual que se especule sobre mi opción sexual.

Me gustaría comentarles a mis lectores solteros, si son chicos, que deberán consultar a partir de ahora cuándo hay partidos emocionantes de fútbol, aunque no les interese lo más mínimo este deporte. Que sepan que si quedan con una chica el día del partido, se puede dar por supuesta su homosexualidad.

De todas formas, y por pura ilustración cultural, me gustaría explicarle a esa gente que homosexual es aquella persona que mantiene relaciones sexuales o se siente atraída por otras de su mismo sexo. Nada más. No tiene que ver con el fútbol ni con los gustos cinematográficos, salvo porque pienso que es muy posible que si fuera gay preferiría quedarme en casa a ver las piernas musculosas de los jugadores que ir al cine a ver a Carrie Bradshaw y a sus amigas.

Otras amiguitas suyas dicen en los mismos comentarios que soy 'segundo plato' porque ella está enamorada de otro. Yo supongo que siempre que he quedado con una chica habrá comentado las mismas cosas con sus 'amigotas' en pequeño comité y a puerta cerrada, pero al menos en esos casos yo no me he enterado, así que ha sido más humano.

No va a ser el caso, pero, ¿imagináis que quedáis con una bloguera con la que surja algo? Más os vale no tener un mal día en la cama, porque se debatirá la cuestión en internet y no os volveréis a comer una rosca en vuestra vida. Procurad no llevar un roto en vuestra ropa interior si quedáis con un bloguero/a.

No tiene nada que ver con esta entrada, pero me gustaría comentar algo sobre una televisión autonómica. Hace mucho tiempo que nadie ve Telemadrid. Yo confieso que ni la miro desde que el surrealista Fernando Sánchez Dragó dejó de presentar el telediario. Pero como han estado de huelga y la pantalla permaneció completamente en negro durante 23 horas, se ha producido un fenómeno curioso. La pantalla en negro daba tanto morbo que la gente ponía Telemadrid a mansalva para comprobar que no estaban emitiendo nada. Hasta tal punto que yo creo que han batido sus propios records de audiencia. Al parecer, la cadena obtuvo con la pantalla en negro un 2,4% de share, más que con sus telediarios habituales. Es mejor que a partir de ahora no se esfuercen y no emitan nada.

Con esto me ha venido a la mente aquel eslogan tan famoso que tenía Telemadrid: 'Espejo de lo que somos'. Como recordáis, estos trabajadores de la casa que ahora están en huelga por culpa de la presidenta autonómica, lo remodelaron como 'Espe jode lo que somos', que era bastante ilustrativo.

Pues nada me despido por ahora, no sin antes recordaros que mañana me vengaré de la susodicha contando absolutamente todos los detalles. Y aportando fotos y todo. Espero que sea un buen final, ya que supondrá mi última entrada en el blog.

PRÓXIMAMENTE, EN ESTE MISMO BLOG: MI 'BLIND DATE' CON UNA BLOGUERA. ¡NO TE PIERDAS LA INESPERADA CONCLUSIÓN DEL BLOG!

lunes, 2 de junio de 2008

¡Gran conmoción en el mundo de los solterones!

En el mundillo de los solterones se ha producido una verdadera convulsión. Todos los solterones y solteronas del mundo se quedaron completamente anonadados en cuanto se producía la noticia. Y es que resulta que nuestro modelo a seguir, el inigualable George Clooney, ha roto con Sarah Larson, la novia que parecía definitiva. Y por lo visto la cosa no tiene solución. Según la revista 'People', la pareja se ha separado definitivamente, y esta información no ha sido desmentida.

En primer lugar, me gustaría comentar que si George está en lo más alto es porque es un tío muy majo. Ha triunfado por ser buena gente. Se presentó al casting de Reservoir Dogs con una caja de cervezas para invitar a todo el que se encontró por ahí. Hizo la prueba pero también hizo muchos amigos. Tarantino le dijo que no le podía coger, porque se le daba muy mal por aquel entonces interpretar, pero que era un tío muy majo, que le llamara para tomar cañas. Unos años después, cuando Clooney había mejorado un poco como actor y era la estrella de Urgencias, Tarantino le recomendó a su amiguete Robert Rodriguez que le contratara para protagonizar Abierto hasta el amanecer, que supuso su consagración en la gran pantalla.

George es desde siempre todo un ídolo para los solterones por su resistencia total y absoluta a sentar la cabeza. Al parecer, Nicole Kidman se apostó con él diez mil dólares a que cuando cumpliera los 40 ya habría pasado por la vicaría. Pasó el tiempo, Clooney cumplió cuarenta años, y salvo rolletes ocasionales, nada de nada. Así que Kidman tuvo que reconocer su fracaso, y en un sobre le envió por correo certificado a Clooney los diez mil dólares del ala. Le escribió unas letras: 'Está bien, reconozco mi fracaso, has llegado a los cuarenta y sigues igual. Tú ganas'.

Unos días después, Kidman recibía otro sobre en forma de contestación, de parte de George Clooney. El actor le devolvía los diez mil dólares, acompañados de una nota que decía:

Doble o nada. Esperemos a los cincuenta.

Desde entonces, todos los solterones del mundo hemos seguido con gran interés las noticias en torno a Clooney, con la sensación de que éste era capaz de volver a ganar. Y él seguía resistiendo hasta que se cruzó en su camino Sarah Larson. Sin sospechar que el destino le tenía reservado una 'sorpresilla', Clooney acudió a una discoteca con algunos compañeros para celebrar el final del rodaje de Ocean's Thirteen. Allí, Cupido hizo de las suyas, pues Clooney se enamoró al instante de la camarera, la tal Sarah Larson, aspirante a modelo en espera de su gran oportunidad, que de momento servía copas. El flechazo debió darle de lleno al actor, pues habló personalmente con el jefe de la muchacha para pedirle que le diera la noche libre, porque quería conocerla. Desde el verano de 2007, Clooney se llevaba a Larson a todas partes, algo que no había hecho jamás con ‘novietas’ anteriores, e incluso acudieron juntos al festival de Venecia, lo que dejó a mis compañeros de la prensa absolutamente perplejos. La pareja tampoco se separó cuando Clooney tuvo que acudir a diversos países, para la promoción de Michael Clayton. La cosa parecía bastante clara: Clooney se iba a retirar del mercado de solteros recalcitrantes.

Y ahora, el sueño se ha roto por completo. ¿Acaso llegada una cierta edad uno se acostumbra a la soltería y ya no tiene remedio? No se puede ser demasiado optimista al respecto, a jugar por esta ruptura. De momento el comprometido director de la emotiva Buenas noches y buena suerte, trata de superar la pérdida y seguir con su vida apoyando causas nobles. Acaba de rodar un anuncio titulado Peace is Hard, sobre las misiones de paz de la ONU.

domingo, 11 de mayo de 2008

Solterón de boda



Como me he propuesto seguir con este blog un par de meses más, en plan experimental, he investigado por ahí cómo son los que escriben los demás. Confieso que los que más me han encandilado son aquellos en los que el autor cuenta su vida, como en los diarios tradicionales, y me tienen pendiente de lo que van a hacer el fin de semana, o de averiguar por qué arrastran el recuerdo de alguien que amaron en el pasado. Para mí, es como leer El amor en los tiempos del cólera, pero con la sensación de que te podrías encontrar a Florentino Ariza por la calle al día siguiente. O le puedes escribir un comentario y resulta que Florentino te responde. Una experiencia completamente única.

Puesto que he publicado entradas de lo más variopinto, según la diversidad que he encontrado en los otros blogs -reflexiones absurdas, artículos de política y hasta alguna recomendación cinematográfica-, me queda pendiente escribiros sobre mi vida. El problema es que para hacer eso, mi vida debería tener un mínimo interés. Más que nada, para no aburrir a los posibles lectores. A pesar de todo, voy a intentarlo. No esperéis emocionantes giros, grandes romances, ni nada de sexo, por desgracia.


El viernes mejor no os lo cuento con muchos detalles. Yo lo pasé muy bien, pero contado puede ser un poco soporífero. Como ha sido estos días el festival Documentamadrid, un barbudo director de cine, bien conocido por la mayoría de los que visitáis este blog, me lió para ver un documental sobre Fellini, uno sobre la muerte de Tarkovski, otro sobre un grupo musical, y finalmente, La base del aire es roja, imprescindible trabajo de Chris Marker, de tres horas de duración, sobre los movimientos revolucionarios de los años 60. Encima se retrasó y acabó sobre las dos y media o las tres de la mañana. De hecho, nuestros acompañantes iban desistiendo uno a uno y hasta la novia del barbudo nos mandó a media película a la porra -con razón- sin perder la sonrisa, y se fue de 'fies' con gente de su trabajo, o sea de su serie televisiva.

Y el sábado me fui de boda. No era la mía, pues habría dejado de ser solterón, sino una de esas de un 'familiar'. De ahí el título del post, 'Solterón de boda', que me hace referencia a mí mismo. Me resisto a aplicarme el término single , por las razones que di en otro artículo, y porque me parece superficial usar estos términos tan ultramodernos, cuando ya existía otro mejor. Es como cuando se utiliza el término 'turismo rural' para expresar lo que siempre se ha llamado 'irse al pueblo'.

Fui al pueblo, efectivamente, para ir a la boda. Ir al pueblo a una boda era terrible hasta hace poco, cuando era soltero, porque siempre me decían todos lo mismo: "¿Qué? Ya te va tocando. El próximo ya tienes que ser tú". Claro que como ha pasado tanto tiempo y he evolucionado de soltero a solterón, esperaba que esta vez ya me dieran por perdido.

No fue así. Nada más llegar, mi tía, la madre de la novia, me dijo que yo tenía que ser 'el próximo', y que sentía mucho lo de mi madre. Yo preferí no comentarle la verdad, que cuando más echo de menos a mi madre es a la hora del café, cuando poníamos 'a caldo' a toda la humanidad, y sobre todo a esa tía, y nos reíamos de todo el mundo. Si mi tía se imaginara lo mucho que la hemos criticado, y lo bien que nos lo pasábamos... Sonreí y pensé que mi madre la estaría poniendo verde, allá donde ella esté.

La ceremonia de boda me la perdí, porque encontré a unos primos que se fumaban un cigarrillo a la puerta de la Iglesia, y aunque dejé de fumar, me quedé con ellos por solidaridad. Digamos que nos 'fumamos' la misa.


A la hora del banquete, volvió a acercarse a mí mi tía y me dijo que no me preocupara por seguir sin pareja, "porque en las bodas se liga mucho, como en Cuatro bodas y un funeral". "Espero que el funeral sea el tuyo, porque me tienes hasta las pelotas", pensé, pero lógicamente no se lo dije, sino que sonreí otra vez. Me comentó que me había puesto en la mesa de los desparejados, con tres chicas increíbles, y otro chico, que no me iba a hacer la competencia porque era 'el mariquita del pueblo'. Os juro que usó literalmente esa expresión tan políticamente incorrecta, mientras yo pensaba "¡como que el resto de homosexuales de por aquí te lo van a contar a ti para que tú y el resto de brujas habléis todo el rato sobre ellos!". Le pedí de todas formas que me pusiera con mis hermanos, en vez de con personas desconocidas, para tener con quien hablar. Me dijo que no, porque ellos iban 'con la gente joven", pues había un grupillo "de chicos y chicas, todos muy guapos". Qué forma tan poco elegante tuvo mi tía de llamarme feo y viejo en la misma frase.

El 'mariquita' resultó ser un tío majo. Quizás por sus inclinaciones sexuales, o no, mucho más sensible que la media de 'mozos' más bien brutotes de la zona, que le miraban de vez en cuando con una sonrisa jocosa. Las chicas eran también lesbianas, con lo cual la posibilidad de comerme una rosca quedó reducida a cero. Eso sí, todos me dieron conversación y como les dije que era de Madrid tenían mucha curiosidad sobre cómo era el barrio de Chueca. Quedaron en venir un día para que se lo enseñara. Mi tía, que apareció de improviso, había pegado la oreja, y me dijo que tuviera cuidado en Chueca, porque una vez había estado en Madrid durante el Día del Orgullo Gay y no me imaginaba la cantidad de "bichos de esos" que había visto.


Cuando la novia vino a nuestro rincón gay, tuve la suerte de que mis compañeros de mesa aprovecharon para darle un sobre con dinero. Yo llevaba también otro sobre, pero como soy tan pobre, ni os comento la cantidad ridícula de dinero que había dentro. Ni para pagar mi comida. Un horror. Por suerte, conseguí que los sobres de todos se mezclaran, y me fijé en que no habían puesto su nombre. Espero que ellos fueran un poco más generosos que yo, y así no supieran exactamente quién era el 'tacaño'. Supuse que culparían al que conocen como 'marica del pueblo', pues le culpan de todos los males, por lo visto, hasta de las peores cosechas.

Si llego a saber que se iban a entremezclar los sobres, habría puesto billetes del Monopoly.

Una prima me sugirió que compitiera con las chicas para coger el ramo de la novia. Para hacer una gracia, me puse en medio de todas ellas, y di un salto que hubiera sido la envidia de cualquier pivot de la NBA, pero me lo arrebató una enérgica veinteañera que parecía que se jugaba la vida en la recogida del ramo. Para colmo de males, me enteré posteriormente que ella ya tenía novio, y por tanto le daba igual haber cogido el ramo o no, porque su boda se daba por segura.

En fin, otra vez será. Pienso ensayar en mi casa la recogida del ramo.

viernes, 2 de mayo de 2008

Por qué no soy 'single'


Me comentó una amiga que entiende de estas cosas que yo soy un single, lo que según ella está muy de moda. Pensé que me estaba hablando de discos; y respondí que siempre he preferido los L.P., que traían más canciones que los singles, pero resultó que no iba sobre eso la conversación. Según un artículo publicado por Andrés Pérez en la revista Foreign Policy, que a su vez se basaba en datos del INE, el número de hogares con una sola persona en España aumentó un 82 por ciento en la década anterior. Al parecer, los responsables de marketing orientan campañas de sus productos hacia los singles, porque tienen más pasta para gastar en cosas inútiles, concretamente unos 2.300 euros más al año, porque normalmente no tienen niños, que generan muchos gastos. Intrigado por el tema, me puse a investigar, me enteré de que había una página web sobre el tema, me puse viejos capítulos de Ally McBeal y Sexo en Nueva York, y recuperé una vieja pero excelente película noventera, que se titulaba precisamente Singles, lo que me hizo plantearme, por cierto, qué fue de mi adoradísima Bridget Fonda, que no estrena película desde El beso del dragón, del ya lejano 2001.

Al final llegué a la conclusión de que no. Que no soy un single. Yo soy un solterón de los de toda la vida. Hace diez años cuando me preguntaban decía que era soltero, pero ahora es justo reconocer que lo que soy es un solterón, de esos que se han quedado 'para vestir santos', y a los que se les ha pasado el arroz. Por ejemplo, nadie calificaría de singles a la señorita Rottenmeier, a Miss Marple, o al Papa Benedicto XVI, así que a mí tampoco se me puede llamar así. Yo soy solterón como las hermanas de Marge Simpson o la Doña Rosita, de Lorca.

No es exactamente lo mismo ser un solterón, que un single. Se supone que los singles son esos que visten bien, se les califica de metrosexuales, y por tanto se cuidan para mantenerse jóvenes. Yo visto de cualquier manera, pues apenas me preocuparía la ropa si no fuera a hacer frío por la calle, y las cremas que despiertan mi interés no son precisamente las cremas cosméticas, sino más bien las cremas comestibles, como la crema de calabacín, o la de los pasteles de crema. De tener más dinero que los padres de familia, en mi caso, nada de nada. ¡Si no llego a fin de mes! !Qué digo a fin de mes! No llego ni al quince, desde la entrada en vigor de los euros. Además, se dice que un/a single es uno/a que aprovecha que está solo para ligar y llevarse chicos/as a su casa. Al parecer es la máxima ventaja del single y por lo que suelen envidiarle los que tienen pareja: absoluta libertad en el terreno sexual. Pero yo nunca he ligado nada de nada. Es más, en mi bloque de edificios, alguno que está casado, ha conseguido llevarse más rolletes a su casa de 'estrangis' que yo. Parece que los casados dan más morbo, porque si alguien se ha preocupado por echarles el lazo, será por algo, mientras que los solterones somos como los restos de serie, de esos que venden en Zara, porque tienen taras, es decir, que a lo mejor estamos un poco 'tarados'. También parece que los singles son independientes, y no necesitan a nadie para ser felices, pero a mí me da pereza hasta hacerme una ensalada para acompañar a la comida, si no tengo con quién compartirla, o comprarme un roscón de reyes para mí sólo.

Por último, parece que los singles van a fiestas estupendas, como Carrie Bradshaw, e incluso existen locales concebidos únicamente para ellos, y allí, practican sus propias diversiones, como el speed-dating. El speed-dating es una cosa muy extraña, como se puede comprobar en la divertidísima pero excesivamente sincera La edad de la ignorancia, donde el protagonista conoce con ese método con una mujer que le lleva a un pueblo donde todos van vestidos como en la Edad Media. Consiste en conversar en turnos de siete minutos con otras personas. Cuando acabas de conocer a todas las chicas, marcas con una 'X' si existe alguna a la que quieres volver a ver. Si resulta que ella también te ha marcado a ti, os vuelven a juntar. Pero yo no acabo de ver este método. Como soy un poco particular, la mayor parte de las chicas se aburrirían de mí en dos minutos, y tendríamos que pasarnos los otros cinco mirando a los lados disimuladamente. Además, seguro que yo las marco a todas, y ninguna me marca a mí.