
Recuerdo que jamás había escuchado hablar a la reina de España hasta los 20 años. Me sorprendió muchísimo que tuviera tanto acento extranjero, porque nunca me lo había imaginado, a pesar de que siempre había sabido que era griega, y que su pueblo era más inteligente que nosotros y nos la habían mandado para acá, a ella y a toda su familia para que les mantengamos. Siempre la tildaban de discreta, porque realmente no hacía muchas declaraciones, pero ahora empiezo a creer que la tenían prohibido hablar, porque cuando finalmente ha dicho cosas, ha subido el pan. Parafraseando al genial Groucho, podríamos decir que 'más vale estar callada y parecer retrógrada que abrir la boca y despejar las dudas'.
La reina ha resultado ser creacionista, tal y como se deduce de sus declaraciones: "En los colegios se ha de enseñar religión, al menos hasta cierta edad. Los niños necesitan una explicación del origen del mundo y de la vida". Se ha mostrado contraria a la eutanasia y al aborto, pero curiosamente no ha condenado también el divorcio. ¿Será porque su hijo se ha casado con una divorciada? Sus opiniones van muy en consonancia con la Iglesia Católica. Y eso que ella no era católica. Se convirtió al catolicismo para poder casarse con el rey Juan Carlos.
No entiendo muy bien por qué se ha armado tanto revuelo. ¿Y qué esperaban? Quizás creían que una representante de una institución que en la Edad Media ya estaba desfasada (la monarquía) se declarara a favor del matrimonio gay, y confesara que es lesbiana, y de izquierdas de toda la vida. Republicana no se iba a declarar, eso está claro, porque eso sería tirar piedras contra su propio tejado. Como si El Litri se declarara antitaurino.
Adoro a la autora de 'La reina muy de cerca', el libro que recoge estas opiniones de Doña Sofía. Pilar Urbano es una numeraria del opus dei de lo más astuto, que ya nos dio una alegría cuando en su libro 'Yo entré en el CESID' nos contó que los Servicios Secretos habían robado el vídeo de Bárbara Rey, que contenía imágenes comprometidas de uno de sus amantes, que resultó ser, según el libro, el rey Don Juan Carlos. Me parece que la sustituyeron por un vídeo de Disney, de Blancanieves y los siete enanitos o algo así. Al menos a Bárbara Rey no se la puede reprochar que no se buscara amantes acorde con su apellido.Me parece una jugada poco afortunada que la Casa Real diga ahora que las declaraciones de la Reina recogidas por Urbano son 'inexactas' y se han sacado de contexto. No hizo grabaciones, sino que tomaba notas, pero puede demostrar que la Casa Real dio el visto bueno al libro antes de que se publicara. Yo no permitiría que se me calumniara y que se pusiera en duda mi credibilidad. Al fin y al cabo es lo único que tenemos los periodistas. Yo denunciaría a la Casa Real. A ver si se creen que sólo ellos pueden acudir a los tribunales por asuntos de calumnias gratuitas.
Es curioso el debate social que se ha generado en torno a que la reina no debería realizar estas declaraciones. ¿Qué pasa que puede reinar alguien que opine así siempre y cuando no nos ilustre con sus apreciaciones? Es un mal ejemplo, que no tiene mucho que ver, pero ¿podría gobernar Hitler en Alemania siempre y cuando el hombre se guardara sus particulares opiniones sobre los judíos para su familia a la hora de la cena?Reina, lo que se dice reina, reina la insensatez.
Este martes coincidiré con Su Majestad en un estreno de cine. La reina Sofía ha decidido apoyar con su presencia la película El Greco, biografía de su ilustre compatriota, el gran maestro de la pintura. La Casa Real ha pedido, como es habitual, el nombre y DNI de todos los que asistimos. Supongo que me investigarán y como se les ocurra mirar en google si tengo un blog, dudo que aprueben mi entrada. O igual este blog desaparece misteriosamente sin dejar rastro. En cualquier caso, ruego tengan en cuenta que éste ha sido un 'artículo de coña' más, totalmente alocado, sin ninguna conexión lógica con la realidad.




















