En estos señalados días me gustaría recordar una entrañable tradición navideña como la lotería y los regalos de Reyes. Se trata de las cenas de empresa, una tradición relativamente nueva pero de la que no se escapa casi nadie últimamente, y si no se produce es mala señal, pues suele significar que la crisis ha afectado gravemente a la compañía. Es también el pistoletazo de salida de las fiestas, ya que suele ser una semana antes de Nochebuena.Para empezar recibes la notificación de la secretaria de dirección, que te invita a asistir al evento, y te ruega que le confirmes si quieres asistir o no. Es puro cinismo, pues la asistencia no es opcional. O acudes o prácticamente es como si te ausentaras de una importante reunión de negocios, así que ya te puedes inventar una excusa creíble.
Después llega el problema de qué ponerse. Nunca debes ir con un traje mejor que el del consejero delegado, pues en ese caso pensará que ganas demasiado dinero y que se te puede reducir el sueldo. Así, decides ir con ropa normal, pero una vez en el restaurante te encuentras con que tus compañeras se han vestido como si fueran de boda, por lo que de repente te sientes un poco cutre.
Una vez en el restaurante surge otra duda: ¿Con quién sentarse? Imprescindible alejarse de los jefazos más jefes, porque entonces aunque no se hable de trabajo, uno tiene miedo de meter la pata, que se le escape un chiste grosero o algo así y dar mala imagen. Por desgracia, el autor de estas líneas suele apurar el tiempo hasta el final y cuando llega a la mesa, sólo está libre uno de los asientos al lado del jefazo supremo. O peor aún, junto a ésos que siempre existen en todas las empresas, que no te tragan, y que se disponían a pasarse toda la velada poniéndote a caldo. ¡Mala suerte! La cena promete ser aún más aburrida que el visionado de Tron Legacy.
Nunca digas de este whisky no beberé
¿Beber o no beber? ¡He ahí la cuestión! En principio, os recomiendo que ese día no bebáis mucho, por miedo a acabar en la fase de cantos regionales o hacer el ridículo de una forma increíble frente a la mirada perpleja del jefazo. Así que uno intenta que le sirvan una Coca-cola, pero entonces ese compañero divertido y juerguista te mira sorprendido, te pregunta que si estás enfermo, y le ordena al camarero que en lugar del refresco te traiga un whisky solo con hielo porque 'un día es un día'. ¡Bien! ¡Voy a acabar vomitando en el servicio!
Como aún así intentas beber lo menos posible, resulta que tienes cerca al jefe de recursos humanos, que lleva dos o tres copas de más y está más tostado que tú, y te cuenta sin ningún pudor cómo le ha puesto los cuernos a su legítima con dos jovencitas, o que se viste de mujer en la intimidad. ¡Y luego el lunes tendrás que saludarle al llegar y poner cara de que no te acuerdas de nada!
Finalmente suele haber un sorteo de regalos en el que si tienes suerte te tocará un lote de sopicaldos Gallina Blanca. Sino, resultarás agraciado con el escáner gigante para documentos de gran formato, una máquina estupenda, sin duda, pero que no necesitas para nada, y cuyo transporte a casa en el abarrotado metro promete ser complejo.
Al salir, viene lo peor. Alguien propone irse a una discoteca o local de moda para celebrarlo. Uno alega que ya es una abuelita y que se va a ir a la mecedora en su casa, y todo el mundo le mira como si fuera el esquirol que ha roto una importante huelga, o un desertor que ha fichado por la competencia. Comienzan las interminables discusiones sobre a dónde ir, que si 'las chicas queremos ir a Chueca, la zona gay, para que no nos entren moscones' pero 'los chicos no queremos ir ahí porque nos van a confundir con gays' y 'no seas políticamente incorrecto, ¿qué tienen de malo los gays?'. Y tú mientras congelándote...
Con mis compis, solemos acabar en un karaoke. Entonces sales al escenario con algún amiguete a cantar 'yo para ser feliz quiero un camión' y tienes la sensación de que estás arrasando, o sea de que cantas como los ángeles y el público te vitorea. Luego después verás en la oficina el vídeo que os han sacado y resulta que estabais más borrachos de lo necesario, desafináis con voz de cazalleros, y la gente os mira con cara de '¿de dónde han salido estos freaks?'.
Cuando al fin consigues escaparte resulta que esa noche han tenido lugar todas las cenas de todas las empresas de Madrid. Total, que no encuentras ni un taxi. Intentas colarte en el autobús nocturno, pero está tan lleno que finalmente ni siquiera consigues entrar. Te toca irte hasta el quinto pimiento en el que vives andando, con más frío que si te hubieras metido en la nevera del Yeti.
¡Felices fiestas a todos! Este año he decidido recurrir a un villancico friqui. Lo malo es que no cantan al niño Jesús sino a otro bebé, pero es lo que hay.
Otra excelente costumbre navideña, aparte de la lotería, son los regalos de Reyes. El juguete de moda entre las niñas de este año es la Draculaura, una muñecaja que cuenta con su propia cama-ataúd 'divina de la muerte', ha cumplido los 1.599 años y aunque su ropa es de estilo victoriano tiene un aspecto bastante fashion. Forma parte de la colección Monster High, que toma su nombre del instituto al que acuden los hijos de los monstruos más famosos de todos los tiempos, así que Draculaura tiene como amiguitas a una zombi, una chica-lobo, una fantasma y una 'monstrua' que se llama Frankie Stein.
He estado leyendo estos días el libro del año, "Steve Jobs", biografía del friqui de los friquis, escrita por Walter Isaacson (editorial Debate). La recomiendo no sólo porque la vida del protagonista es apasionante, sino también porque el libro ayuda a entender muy bien el mundo actual y la generación a la que pertenezco.
Hace un par de semanas tuve la suerte de poder ir a verle en el teatro, en El Matadero, en Madrid, donde lleva a cabo un mano a mano con Carmen Elías. Presagiaba que Mortensen lo tenía difícil, porque había visto sobre las tablas varias veces a la Elías y es una bestia parda. ¡Pensaba que se lo iba a comer con patatas! Y es que Mortensen en el cine está muy bien, es lo suyo, pero no nos engañemos... el teatro es otro mundo, es muy difícil. Creo que fui porque ya me había visto casi toda la cartelera. Pues resulta que el hombre aguanta el tipo bastante bien. Me pone un poco nervioso su propensión a elevar la mano como si le fuera a asestar un espadazo a alguien, en plan Aragorn, pero por lo demás, realiza un trabajo excelente.
Además de criticar mucho a
Estos días me he leído un libro de
¡Hola, Piti! ¿Cómo va eso? ¿Los hobbits bien? ¡Anda que no te quejarás, que me han dicho que está llegando el verano allá a Nueva Zelanda, y que hace una temperatura de lo más agradable! ¡Y nosotros aquí pelándonos de frío! ¿Qué tal Fran y los chavalines? ¡Dales muchos recuerdos!
No me han hecho caso finalmente. Aunque pedía en mi entrada anterior que los presentadores de los Oscar de este año fueran los Teleñecos, se ve que mis humildes líneas no han logrado seducir a los miembros de la Academia de Hollywood, que a pesar de mis recomendaciones han preferido contratar como anfitrión a este año a
La gala de los Oscar del año pasado se presentaba prometedora, pues el productor Bruce Cohen (oscarizado por
En 14 años como informador de cine he tenido la ocasión de conocer a grandes astros, como
Me encantan los periodistas y críticos de cine. En general funciona muy bien aquello de 'no dejes que la realidad te estropee una buena noticia”. Por lo visto, decir que 
La próxima semana llego a la cumbre de mi carrera profesional. Como este blog no lo lee nadie, os puedo contar 'off the record' que me han concedido una entrevista con el mismísimo
Normalmente leer las noticias suele ser duro, sobre todo la sección de política y la de economía. ¡Que pena que éste no sea el lugar para hablar de eso porque sino iba a poner a caldo a unos cuantos! Sigo soñando como la entrañable Mafalda, con que un día cogeré el periódico y el titular será que se ha declarado la paz mundial... Al menos cierta panda de asesinos deja las armas...
Me fui al pase de prensa de
Una familia que se muda a una nueva localidad adquiere una suntuosa mansión por un precio notablemente inferior a lo que marca el mercado. ¿Por qué será?
Vi ayer la Pre-cosa. Es poca cosa. Es curioso que Hollywood resucite más o menos cada treinta años a los científicos enfrentados a un ser extraterrestre en el hielo, que provienen de un relato del escritor 
Comentaba el otro día que me resultaba difícil encontrarle algún defectillo a
Confieso que odio a muerte a


